Carta a Europa
Hoy no vengo a dejar un extenso artículo como suelo hacer en el blog. Hoy vengo con la intención de dejar en constancia una serie de reflexiones que he ido haciendo a lo largo de estos días y en vistas al cambio de rumbo que veo en el continente y en una Unión, que al principio parecía una solución para un futuro mejor en todos los países de la eurozona. No vengo a analizar el golpe de estado de Turquía, ni las consecuencias que puede traer y que estamos viendo. No vengo a hablaros más de terrorismo esta semana ni a comentar el horrible suceso en Niza de la pasada semana. Hoy vengo con otras preocupaciones.
Se suponía que el propósito de nuestra Unión Europea era unir, no separar. Se suponía que era el bien de nuestros ciudadanos, no su inseguridad. En todo momento, la idea principal ha sido la de integrar pero no la de borrar la soberanía. Un proyecto de mercado común, pero no para echarnos abajo con todo el equipo cuando uno falla; se trataba de ayudar en estos casos y seguir adelante.
¿Es un fracaso la Unión Europea? o, ¿está demostrando ser un fallo la Unión Europea? A lo largo de la historia, diferentes organizaciones se han ido creando con el fin de limar asperezas. De toda guerra se sale con un mal sabor de boca, deseando cambiar el funcionamiento de las relaciones internacionales para poder evitar otros futuros conflictos. Tras toda guerra llega la fase de cooperación internacional.
Pero, ¿qué es lo que pasa para que todos estos buenos propósitos antes o después empiecen a tambalearse sobre sus pilares? ¿Por qué lo que antes iba a mejor, ahora es puesto en duda? Tengo que decir, que me encuentro desilusionada por todo lo que está ocurriendo, por todo lo que he ido observando. ¿Qué creo yo que falla? La lista cada vez aumenta.
Por empezar por algún punto en concreto, puedo decir que uno de los mayores logros de la Unión Europea era el libre movimiento de personas. Conseguir esa facilidad de desplazamiento que tanto favorece a la economía y al trabajo. Pero eso parece que ahora más que nunca, está siendo replanteado. La crisis de refugiados ha traído serias dudas sobre esta cualidad de la eurozona. Porque, cuando las medidas vienen impuestas, y llega la sensación de descontrol del propio Estado, llega la incertidumbre y el sentimiento de inseguridad de sus habitantes. La soberanía nacional ha sido engullida poco a poco por la Unión, y ahora se quiere recuperar. El flujo de refugiados ha sido mal regulado y a pesar de que el conflicto Sirio lleva más años en marcha, es ahora cuando nos rebota a nosotros que nos dedicamos a cubrirlo. Vemos masas de gente viniendo a nuestro continente, esperando una vida mejor, huir de la guerra. Y ofrecemos ayuda humanitaria, y solidaridad internacional. Pero cuando se descontrola y se lleva a cabo una mala gestión, los desesperados se ven obligados a saltar vallas, a tomar caminos peligrosos por el Mediterráneo... Entonces, viene la sensación de descontrol e inseguridad, de violación del espacio vital de un Estado. Ver gente inundando los países, desbordando los controles, es un choque importante para los ciudadanos europeos.
A muchos lo que les molesta, es ver cómo se favorece al de afuera antes que al de casa. Tener la sensación de ser un ciudadano de segunda en su propio país mientras que a los que llegan se les da más prestaciones. Sumad sto al reciente miedo infundido por ISIS (si, por mucho que diga la prensa, digan los analistas, diga yo, diga cualquieraes intentan que vivamos con miedo y el mejor modo de combatir esto es llevando una vida normal. Pero eso en la práctica para muchos no es tan fácil); entonces viene la xenofobia. Echad al de afuera, aquí estamos completos. Y cerrar la puerta.
La sospecha inunda las vidas de muchos habitantes de la UE, se desconfía del extranjero por quitar trabajo, y si es musulmán, por terrorista. Se busca a quién apuntar con el dedo de los que llegan, para confirmar que vienen y nos ponen en peligro de atentados. Que llegan, se establecen y ponen bombas. Cuando no es esa la realidad, la realidad es que unos pocos sí, y otros muchos no; es que, la mayoría de los "lobos solitarios" o personas que actúan en favor del ISIS, es gente de segunda o tercera generación del propio país.
Además, una tiene que escuchar cada tontería sobre el asunto que dan ganas de decir "hasta luego a todos, avisadme cuando lo queráis razonar". Tras el vídeo viral anti-refugiados, anti-islam; y todas las mentiras que se han ido exagerando al respecto; hay que escuchar barbaridades del tipo "el Brexit es culpa de los musulmanes radicales, que son mayoría en el Reino Unido y han votado la salida para separarnos y controlarnos uno a uno"; cuando el motivo real es otro.
Está un poco de moda asociarlo todo a los refugiados, cuando muchos países hemos tenido ese tipo de inmigración y no se nos trató de ese modo. Y me incluyo por la Guerra Civil de España, que también causó la huida del país de muchos.
La culpa no es suya, es de una serie de circunstancias. Empezando por la mala gestión de la crisis humanitaria. Lo que no se puede permitir es que unos países sí acojan y otros no. Ahí empiezan las desigualdades y fricciones. O todos o ninguno. Esto debería ser una base en la gestión del problema. Si se imponen cuotas de acogida de refugiados, que sean a todos acorde con las posibilidades de cada uno. De ahí comienza el "pues si X no, yo tampoco". Podemos seguir por el nacionalismo insurgente de estos tiempos, la oleada que esta asestando Europa con partidos que defienden la soberanía nacional e identidad propia del Estado por encima de la integración. Que es algo que apoyo, pero hasta cierto punto. Convertir Europa en una masa homogénea es para mi un delito, la diversidad es fundamental para mi. Pero en política exterior, economía y algunos otros puntos; igual no es necesario un patrón común a seguir, pero sí un cierto acuerdo para poder compatibilizar diferentes medidas. Otro factor fundamental a mis ojos es la educación de los habitantes. Se necesita fomentar un mayor pensamiento crítico hacia lo que ocurre en nuestro entorno, es la única manera de combatir las demagogias populistas que empuñan el arma de los referendos populares. Es entonces cuando sus argumentos sin fundamentar, a veces incluso inventados, son el primer motor en la disconformidad de la población con la situación, la UE... Y algo que opino que está muy mal llevado, es considerar dentro del mismo paquete a inmigrantes, refugiados... No por diferenciar la huida de la pobreza y la huida de la guerra... Si no porque cada cosa, por su nombre y a su tiempo. Ahora la prioridad es estabilizar la crisis de refugiados; luego podremos centrarnos en los inmigrantes más a pleno. Para seguir un orden, hay que clasificar los problemas, por eso me hace gracia la gente que te tacha de intolerante distinguir unos de otros. No es intolerancia, es claridad y orden. Segundo punto al respecto de este tema; pedir asilo es un proceso que se ha de realizar en el primer país al que llegues. Tampoco se puede permitir un "no, llego a Italia pero voy a pedir asilo en Suecia". No va así la cosa. Y vuelvo a lo mismo, hay que ser serio y firme con ello porque solo así obtendremos orden.
Y es que ahora mismo, es eso lo que más se necesita: orden, la sensación de que las cosas se están llevando y que ellas no nos están llevando a nosotros. El caos preocupa a la gente, la inseguridad crece ante la falta de control, y entonces vienen las medidas radicales como separarse de la Unión Europea a pesar de todas las consecuencias que ello conlleva.
Finalmente, creo que lo que más nos falla es la dificultad de reformar. Como si haber creado la Unión ya fuese suficiente para que todo marche bien y vayamos juntos de la mano a un futuro mejor. Las cosas nunca son fáciles y los tiempos cambian (y cada vez más rápido); se necesita una UE más dinámica, acorde con la sociedad actual y que se vaya actualizando conforme esta cambie, que lo hará. Una UE reformada y que permita una mejor adaptación de la organización a las diferentes situaciones, formentará un mayor sentimiento de identificación con la misma. La integración sería más fácil cuando todos se sientan parte de la UE y lo que representa. Pero claro, nadie sabe lo que la UE es en realidad; vuelvo a insistir en la educación.
La integración es un modelo para actuar entre Estados que funciona bien cuando está correctamente gestionado. ¿Qué pasa? Que si primero, no te sientes identificado con aquello de lo que formas parte y dos, ves que los problemas crecen y no se arreglan por falta de comunicación, medidas, reformas...; y tres, ves que tu Estado pierde el control ante algo mayor a lo que no sientes que perteneces; pues no lo quieres. Prefieres salir, que tu Estado funcione por sí solo y decida en vista a sus propios intereses, un estilo de la Realpolitik de Rusia; con nostalgia a los tiempos de oro del Estado, cuando era un gran imperio o una gran potencia.
Pero tampoco funciona eso, aunque no se vea, la época de Imperios y de soberanía nacional absoluta también ha pasado. Ahora no estamos en ese periodo, ahora esas medidas y formas de actuar solo nos van a llevar a periodos de conflicto. No, la UE necesita reformas. Y las necesita ya. Hay que acabar con esta oleada de separatismos, de propuestas de referendos... Se necesita retomar las riendas de la situación y volver a los orígenes, cuando el proyecto de integración parecía la mejor opción, pero acorde con la situación actual.
Estos días es bastante desolador ver el panorama Europeo. Espero que se pueda llegar a unas reformas, a un proyecto del que todos quieran formar parte. Son muchos los logros que la UE ha conseguido, no dejemos que todo lo que se ha trabajado haya sido en vano. Estos días tengo varios artículos en proceso acerca de este tema, porque me preocupa de verdad. Pero hoy quería primero poner mis reflexiones personales.